En breve
llegan los carnavales, ¡carnavales! Dichosa palabreja…no sé qué influencia
tiene en mí, pero me cambia el humor, consigue que se me quiten o al menos se
me alivien los dolores y que parezcan un poco más leves las penas,
y lo mejor
es que no son solo los cuatro días que dura, no, sino los cuarenta que como
mínimo cuesta prepararlos además de esos cuatro, no es que se
Mi afición a
los carnavales es tan antigua casi como su celebración después de haber estado
suspendida durante muchos años, el primer año no recuerdo muy bien como nos
hicimos un disfraz de mariposas y después vinieron aquellos años locos en que
nos hacíamos un disfraz para cada día, hasta que decidimos hacer una comisión
de carnaval y recomendarlo de un solo traje para todos los días, siempre había
un día que recurríamos al baúl, siempre ha sido el día que mejor lo pasábamos.
Han pasado muchos años y muchos cambios de disfraz, muchas canciones, infinidad de risas, alguna que otra coreografía de pésimo estilo pero de diversión asegurada, afonías incontables, pero yo sigo teniendo la misma ilusión por los carnavales. No de cuando empezaron que apenas los conocía, sino de aquellos años después, cuando ya les cogí el gustillo
Y aquí ando,
metida ya de lleno en faena, con la casa manga por hombro llena ya de telas,
pasamanerías y todas esas cosas y la grabadora puesta en marcha aprendiendo
unas canciones que poco más de un mes enseñaremos a la gente y a unos gustaran
y otros nos criticaran.
¡!!Es lo que hay!!
¡! Es carnaval!!!