Dice un refrán castellano, que “cada uno cuenta la feria
según le va” y yo soy muy partidaria de él, y eso voy a hacer, contar como me
ha ido, como nos ha ido…
Hace ya un montón de años, casi tantos como los que tiene la
mayoría de la gente joven de este pueblo, unos 26 ó 27(no tengo la fecha
exacta) vino un medico nuevo, joven, treintañero con una jovencísima mujer y
dos nenes de tres añitos,.
En todos estos años nos ha dado tiempo a todo, a forjar amistades,
unas más fuertes que otras, y a compartir infinidad de cosas, que no todas;
Exactamente igual que
ocurre con todas las personas que vamos conociendo a lo largo de la vida, solo
que en este caso había algo que le daba un matiz diferente a la relación en
algunos momentos y es que cuando las cosas de la salud andan por medio se
forjan extrañas alianzas, Más que nada, porque existe un riesgo y es que si no
te atienden bien según tu criterio, o no aciertan algún día como humanos que
son o coincidís ese día malo que todos
tenemos y nadie da su brazo a torcer, o
surge cualquiera de esas cosas que puede
hacer que dos personas sean incompatibles, y cuando tenemos la guardia baja
todo nos puede influir o molestar mas,
O en el caso
contrario también para bien, estamos sensibilizados y agradecemos lo que de
bueno nos aporta
Es difícil ver a un
medico desde la perspectiva de un simple amigo cuando se tienen que ocupar de
tu salud y tienes varios problemas con ella, cuando la precariedad es la reina
de tu organismo y se te acumulan los problemillas, pero si llegas a mirarlo con
esos ojos, con los de la confianza, los de la amistad, estas salvada.
Dice otro refrán, que” de bien nacidos es ser agradecido”
Viene al hilo del
anterior y personalmente no puedo olvidar que posiblemente, en mi caso, no todo
el trabajo lo hizo el Ángel de la Guarda.
No voy a contar como
suceden los hechos, porque lo hice ya varias veces y curiosamente nunca se lo
dije a él.
O sí… Tampoco me acuerdo…
Con el paso de los años se ha forjado una bonita relación, en ambas direcciones y ahora, llega el momento de separarnos.
Empezar de nuevo, contarle todo lo que a lo largo de estos años le he ido contando y que ya hacía años, que ni necesitaba hacer, al nuevo medico.
O sí… Tampoco me acuerdo…
Con el paso de los años se ha forjado una bonita relación, en ambas direcciones y ahora, llega el momento de separarnos.
Empezar de nuevo, contarle todo lo que a lo largo de estos años le he ido contando y que ya hacía años, que ni necesitaba hacer, al nuevo medico.
¡Que pereza!
Pero la vida es así y cada uno tiene que ir buscando su
futuro y el de su familia…
Y llego el día de decir adiós
Y se creyó que con pasearse por nuestras casas a darnos dos besos y unas palabras de adiós, estaba todo hecho…
Y llego el día de decir adiós
Y se creyó que con pasearse por nuestras casas a darnos dos besos y unas palabras de adiós, estaba todo hecho…
No, hijo no!!
Se merecía un evento en toda regla.
Manos a la obra y en cuatro días, nos reunimos a comer con
él en
una bonita fiesta de despedida y
fue estupendo como mas de cien persona, estábamos ahí, a darle las gracias por
sus desvelos, por sus servicios.
Y se emocionó y nos
emocionamos.
Y además nos hizo
llorar con un precioso repaso sobre su estancia en este pueblo, donde casi nos
nombraba a todos, donde recordó hasta a los que faltan y en el que te das cuenta de cómo se ha ido
implicando en todas las cosas del pueblo.
Voy a acabar dando las gracias a todos los que allí
estuvieron por su rápida respuesta e implicación, a Cati, y Elisa por lo bien
que hicieron su papel de topo, a los que no pudieron estar y entendieron que no
se podía cambiar la fecha, al TEAM Organización, (asi da gusto) y sobre todo a
JUAN, el es el autentico protagonista de
todo y todos estamos encantados de haber
sido sus pacientes y amigos-.