A veces las personas pasan por la vida y no dejan huellas y otras veces parece imposible que se vayan nunca, y a pesar de que pases tiempo sin verlas no te haces a la idea de que ya no están,
Es curioso cómo pueden pasar meses y no pienses en ellas y
de pronto un día, te parece que fue ayer cuando dejaste de verlas.
Esta mañana, cuando iba llegando a la esquina , a mi lugar
de trabajo, a la tienda, había un ambientillo que solo se suele ver en esta
época, muchos, muchísimos coches, todoterrenos la mayoría, recovas de perros,
el recinto ferial a tope, ni un hueco libre
en todo el aparcamiento y montones de corrillos de cazadores y
acompañantes vestidos de verdes, marrones y camuflajes; eso era inequívoca
señal de que había una montería cerca y allí se iba a hacer el sorteo de
puestos ,o como se llame eso que se hace, que yo no soy entendida en la
materia.
Estaba claro que empezaba la temporada de monterías
.
Y durante un par de
horas al menos en el trasiego de gentes, yo he estado viendo en la faz de
todos y cada uno de esos monteros a mi amigo Jose Antonio del Arco (Asuquita),
y me he dado cuenta de que hay gente que no se va nunca, y supongo que para
muchos, como para mi, hoy el estaría allí, con sus perros, su escopeta, sus
historias, sus risas
Pues eso, que hoy te he buscado en la cara de todos los
monteros que me iba encontrando y no estabas, pero te imagine en la cara de
todos ellos.
Allá donde estés, hazme el favor de cuidarnos.
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