Hoy vengo a hablar de la Navidad, pero no me apetece desarrollar
mi teoría de siempre, este año, no.
Quizás el año que
vienen vuelva a insistir en defender mis creencias.
Hoy me apetece hablar de los sentimientos que la Navidad nos
inspira, independientemente de que nos guste más o menos…de forma general.
Y allá que voy.
Existe como en todo ,la cara y la cruz en estas cosas, y es
que es muy difícil, más bien imposible, poner a todo el mundo de acuerdo, pero
hay una cosa que queda clara y es lo
positivo del resultado final.
Cuando empieza Diciembre y ya están las luces encendidas en
todas partes, cuando la gente se dedica a colocar sus adornos, preparar sus
hogares, darles un toque acorde con las fechas que se aproximan, a organizar menús especiales para estos días,
a buscar huecos en la agenda para encontrarse y tomar ese café o esa comida o
cena con antiguos compañeros, con amigos
que no ves en meses, con la gente que realizas actividades, con quien trabajas,
con la familia; a recorrer tiendas buscando ese regalo especial, o ese de
cumplido( que algunos hay que hacer), cuando miras en la cartera a ver de qué
sitio no tienes lotería y corres a ver si queda, por si acaso este año cae…
Es entonces cuando empiezan a llover las felicitaciones, a
veces hasta el aburrimiento, porque el ser humano es de esa naturaleza, y somos
así de cansinos, y felicitamos a la misma persona inundándole el teléfono de
wassapp con renos y niños Jesús y
arbolitos que ni conocemos, y bolas de colores y guirnaldas y volvemos a
hacerlo por redes sociales y repetimos una vez tras otra en todos los grupos
que conocemos las mismas frases…
Y teniendo en cuenta que esto podía ser mejorable, atendiendo a la máxima de que “menos es mas( Less is more)” sería conveniente mirarle la parte positiva a esto.
Que lo cierto es que no debería ser que dediquemos única y exclusivamente estos días (generalizando siempre) a ser solidarios, y amables y estar llenos de buenos deseos y hacerle ver a la gente lo guapos que son y lo buena gente que nos parecen y como nos gustaría y así se lo deseamos, que todo le vaya la mar de bien y todas esas cosas que se dicen, con más o menos credibilidad en ocasiones puntuales.
Y teniendo en cuenta que esto podía ser mejorable, atendiendo a la máxima de que “menos es mas( Less is more)” sería conveniente mirarle la parte positiva a esto.
Que lo cierto es que no debería ser que dediquemos única y exclusivamente estos días (generalizando siempre) a ser solidarios, y amables y estar llenos de buenos deseos y hacerle ver a la gente lo guapos que son y lo buena gente que nos parecen y como nos gustaría y así se lo deseamos, que todo le vaya la mar de bien y todas esas cosas que se dicen, con más o menos credibilidad en ocasiones puntuales.
Es verdad, no, no debería ser así… Igual que no debería haber
un día contra la violencia de género, otro recordándonos que hay que prestar más
ayuda a Unicef y otras ONGs y otro, contra el SIDA y otro recordándonos a
nuestros amigos los árboles y así sucesivamente, Pero igual que en el caso de
estos “Días de” nos sirven para recordar que esas cosas están ahí, para que no
nos olvidemos que existe un mundo aparte de nuestro entorno en el que ocurren
muchas más cosas de las que vivimos de
cerca en nuestra vida diaria, igualmente La Navidad nos sirve para que al menos
en esos días nos sintamos más cerca unos de otros y la parte de mala uva de la
que todos tenemos un poco, ( unos más que otros)quede aparcada hasta que se
apaguen las luces de colorines y los camellos hayan vuelto a Oriente.
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