Donde dije “Digo” quería decir “Digo”
Hace once meses justos, escribí lo que podía parecer un relato hecho en un mal momento, o un desesperado grito de “auxilio estoy triste”, o un ataque de rabia…
Pues igual tenía un poco de todo, una mezcla de circunstancias,
en un periodo de bajón físico y psíquico…
Pero lo que principalmente tenia era una dosis de
presagio bastante considerable, y la certidumbre de que siguiendo las leyes de
Murphy… todo lo que puede ir a peor, irá… Y fue…
Pues eso.
Pues eso.
Soy observadora, además de paciente, y eso me
da un extra de fiabilidad en mis conclusiones, que aunque no siempre son las
correctas, se acercan bastante.
Mas yo voy a confesaros algo, deseaba con todas mis fuerzas que todo hubiera sido un mal momento por mi parte y que nada mas me afectara a mí, y que todo se pudiera continuar de forma normal…Pero algo ya se había roto, y los añicos se recogen y se pegan pero ya nada es igual.
Algo más de trescientos días después de aquel vaticinio, con
un evidente y gracias a dios cambio a mejor en mi estado, mi único deseo es que
todo se solucione de la mejor manera.
Pero sigo insistiendo en lo que pensaba entonces, cada vez
con más firmeza, y por supuesto con la tristeza de no haberme equivocado y a
que el premio para mí no era ese,
Suelo ser coherente, lo pretendo al menos.
... Y donde dije “digo”
quería decir exactamente “DIGO”.
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