sábado, 23 de septiembre de 2017

MIS MANOS

Cuando era una jovenzuela me gustaba presumir de manos bonitas, no sé muy bien, si es porque mis amigas eran altas y rubias, o morenas y con curvas o guapísimas o no recuerdo muy bien, porque no he sido nunca una chica de complejos, pero  el caso es que me gustaban mis manos.
 O en realidad es porque en varias ocasiones se lo oi decir a distintas personas.
Por lo que fuese, mis manos-_que no mis uñas_ esas nunca fueron bonitas, hasta hace poco eran un poco motivo de orgullo…
Ya no…
Y no porque los años no pasan en balde. y con los años los achaques.
 A ver, que esto no quiero que parezca un relato para dar pena , que lo que cuento no es bonito, pero  no es grave, es casi como a modo de moraleja.
Yo nunca he tenido una salud boyante, pero de todas voy saliendo tocando palmas y con alegría, quizás porque cuando son minucias, no hay que preocuparse y cuando ha sido grave hay que alegrarse de haber pasado el trago y continuar viva.
Pero de todo he sacado principalmente una lección y es que  nada dura eternamente, es decir que eso de que  no hay mal que cien años dure es verdad y que  todo lo bello puede ser efímero y que en cualquier vaivén de la vida se trunca ko que creías que era para siempre.
El ejemplo del que dispongo es una simpleza, podía considerarse una banalidad incluso, todo depende de la sensibilidad de las personas, y de la autoestima y algún que otro factor más, Está claro!!.
De hecho podía decir cómo me despidió mi dermatóloga el día que diagnostico mi VITILIGO hace 16 años, me hizo las recomendaciones correspondientes y alguna receta, sin mucha confianza y una pregunta “¿Quieres que te mande al psicólogo? , Ante mi cara de asombro, me dijo, “No me contestes ahora, ya hablaremos más adelante…”
Como iba diciendo, cuento esto, para intentar  hacer una reflexión –para mí misma, que cada uno haga las suyas- Y es que qué poco podemos contar con lo externo  para satisfacernos de cara al futuro, solo nos sirve de forma momentánea,
Aquí y ahora, mañana no sabemos  cómo amaneceremos, La salud nos juegas malas pasadas casi a diario.
Hoy ha tocado hablar del daño estético _principalmente_ que el vitíligo le ha hecho a mis manos  para reflexionar sobre lo efímero de la belleza.

No sé si lo he conseguido .

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