Cuando era una jovenzuela me gustaba presumir de manos
bonitas, no sé muy bien, si es porque mis amigas eran altas y rubias, o morenas
y con curvas o guapísimas o no recuerdo muy bien, porque no he sido nunca una
chica de complejos, pero el caso es que
me gustaban mis manos.
Por lo que fuese, mis manos-_que no mis uñas_ esas nunca
fueron bonitas, hasta hace poco eran un poco motivo de orgullo…
Ya no…
Y no porque los años no pasan en balde. y con los años los
achaques.
A ver, que esto no
quiero que parezca un relato para dar pena , que lo que cuento no es bonito,
pero no es grave, es casi como a modo de
moraleja.
Yo nunca he tenido una salud boyante, pero de todas voy
saliendo tocando palmas y con alegría, quizás porque cuando son minucias, no
hay que preocuparse y cuando ha sido grave hay que alegrarse de haber pasado el
trago y continuar viva.
Pero de todo he sacado principalmente una lección y es que nada dura eternamente, es decir que eso de que no hay mal que cien años dure es verdad y que todo lo bello puede ser efímero y que en cualquier vaivén de la vida se trunca ko que creías que era para siempre.
Pero de todo he sacado principalmente una lección y es que nada dura eternamente, es decir que eso de que no hay mal que cien años dure es verdad y que todo lo bello puede ser efímero y que en cualquier vaivén de la vida se trunca ko que creías que era para siempre.
El ejemplo del que dispongo es una simpleza, podía
considerarse una banalidad incluso, todo depende de la sensibilidad de las
personas, y de la autoestima y algún que otro factor más, Está claro!!.
De hecho podía decir cómo me despidió mi dermatóloga el día
que diagnostico mi VITILIGO hace 16 años, me hizo las recomendaciones
correspondientes y alguna receta, sin mucha confianza y una pregunta “¿Quieres
que te mande al psicólogo? , Ante mi cara de asombro, me dijo, “No me contestes
ahora, ya hablaremos más adelante…”
Como iba diciendo, cuento esto, para intentar hacer una reflexión –para mí misma, que cada
uno haga las suyas- Y es que qué poco podemos contar con lo externo para satisfacernos de cara al futuro, solo
nos sirve de forma momentánea,
Aquí y ahora, mañana no sabemos cómo amaneceremos, La salud nos juegas malas
pasadas casi a diario.
Hoy ha tocado hablar del daño estético _principalmente_ que
el vitíligo le ha hecho a mis manos para
reflexionar sobre lo efímero de la belleza.
No sé si lo he conseguido .
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentar es libre (y no necesita registro) y la educación es gratis, Os agradezco los comentarios, pero respetemonos...Quien no quiera leer esto, que no pase por aqui. Pero.Pero a quien pase y lo comente de forma correcta, gracias infinitas.