LLEGA UN NUEVO VERANO.

Esta noche empieza un nuevo verano, ya de antemano me temo que no va a ser un verano normal, pero no eran de las circunstancias que estamos viviendo y de las que puedan ocurrir sobre las que quería escribir.

Esta tarde estaba pensando en que además del cambio climático, que no seré yo quien dude de su existencia, en el clima, o el tiempo según queramos definirlo hemos cambiado un montón de acepciones, y sí, es cierto que la edad nos va volviendo frágiles de memoria, y no recordamos como se las gastaban los veranos y  los inviernos y hasta las primaveras y los Otoños (cuando existían) de 30 años atrás, por decir una fecha…

Bien es cierto que con el tiempo nos acomodamos y la piel la tenemos como más fina y los gustos más delicados, un poco de aguante menos a cada año que pasa y como ya decía, la pérdida de memoria, o mejor, la memoria selectiva.

También es cierto que el acceso a tanta información nos va predisponiendo para lo que va a llegar.
Me explico, hace 4 días que en los avances  de EL Tiempo, las previsiones meteorológicas decían que venía una fuerte subida de temperatura… Y desde ese día ya estamos sudando como condenados y echando pestes cuando lo real es que al calor no le hemos visto la cara aun, posiblemente mañana haya una subida considerable de los termómetros, pero nosotros ya llevamos cuatro días sudando la gota gorda.

Pasa lo mismo cuando anuncian  bajadas fuertes de temperatura, que avisan la semana anterior y nosotros empezamos a tiritar desde que nos enteramos.

Y en cuanto al cambio de acepciones y la frágil memoria, existe una relación.

Entiendo que todo evoluciona y el lenguaje es muy rápido y cambiante y en general tenemos facilidad para adoptar rápidamente nuevos palabros.

Por ello, cuando ahora nos dicen que viene una ola de calor, no es ni más ni menos que lo que siempre en esta tierra hemos llamado verano, y punto.

 Aquí en verano pasábamos de 40 grados, llegado el mes de julio, y en Agosto por las noches refrescaba algo pero por el día el movimiento de abanicos era una coreografía habitual, las muñecas estaban más que agiles de tanto movimiento y los ventiladores, no paraban y a ellos acercábamos la cara más de la cuenta cuando habíamos hecho un poco más de esfuerzo, las mangueras en los patios eran el juguete preferido, y sentarse al fresco era lo habitual para sofocar esas altísimas temperaturas.
Ahora se le llama eso, Ola de Calor…

Y cuando el viento venia del Norte, entrado ya el invierno, hacia un frio que calaba los huesos, no sabíamos si era un viento del Ártico, un frio polar o simplemente que el anticiclón de las Azores se había olvidado de nosotros, aquello era sencillamente INVIERNO y bajaba el termómetro de cero grados…
Y cuando  empezaba a llover, un día tras otro, durante meses, impidiendo a la gente que vivían en los campos llegar hasta el pueblo a por provisiones , poniendo en peligro a los que se atrevían a cruzar ríos y regatos, aquello se denominaban INVERNADAS,
Bien es cierto que el cambio climático está afectando en lo intermitente de los cambios de una a otra temperatura , pero en lo demás, solo nosotros , nuestra percepción de lo que pasa en nuestro entorno hace que nos quejemos y nos parezcan algo novedoso los extremos del clima.
En cuanto a ¿qué parte de culpa tenemos en todo esto?

Mucha.

Pero eso dá para otro post, o varios de ellos.
Hoy solo quería decir que si no nos sobrara información sobre cómo van a actuar las isobaras , como van a influir las altas presiones, cómo funciona el ciclo hidrológico , en qué momento nos entrará un frente caliente , o frio, cual es la humedad relativa del aire…todo eso, posiblemente no nos afectara tanto la temperatura.

O eso, o que se nos  acaban los temas de conversación, y  hablar del tiempo es de lo más recurrente.